Santiago de Compostela abre la puerta Jubilar en un año no compostelano

21/12/2015

El pasado mes de abril el santo padre Francisco sorprendió a la cristiandad con el inesperado anuncio de un jubileo extraordinario. El papa convoca mediante la bula Misericordiae Vultus a todos los cristianos del mundo para que durante doce meses prestemos especial consideración a la misericordia de Dios.

El Jubileo Extraordinario de la Misericordia convocado por su santidad se inició el pasado 8 de diciembre, coincidiendo con la solemnidad de la proclamación del Dogma de la Inmaculada Concepción de Santa María. Será hasta el próximo 20 de noviembre cuando la Iglesia tiene la ocasión de festejar con alegría la misericordia de Dios, tan necesaria en tiempos convulsos de graves enfrentamientos.

Con ocasión del año jubilar recientemente iniciado, varias catedrales de la cristiandad abren la puerta jubilar, permitiendo el acceso de los peregrinos que buscan la misericordia divina como baluarte de la redención. La catedral de Santiago de Compostela, uno de los cuatro templos cristianos de referencia en el mundo, se une al Año Jubilar de la Misericordia de Dios con la apertura de la Puerta del Jubileo que solo se abre en años compostelanos -cuando el día del Apóstol Santiago (25 de julio) coincide con domingo-.

Es la primera vez que la Catedral de Santiago de Compostela abre la Puerta del Jubileo, que da acceso a la parte posterior del altar Jacobeo, en lo que va de siglo sin que lo justifique un año santo compostelano.

En Roma, la Catedral de San Juan de Letrán, primada del obispado romano, abre la puerta del Jubileo cada domingo, permitiendo la entrada de los peregrinos que buscan la misericordia de Dios, en atención a la llamada que el papa hace al pueblo cristiano y a toda la humanidad.

El sacerdote jesuita Eugenio Costa ha sido el encargado de componer el Himno oficial del Jubileo de la Misericordia, en el que se enzarza la inmensa misericordia del Señor.

La llamada del papa Francisco es a que pongamos la misericordia en el centro de nuestras vidas, como una vela que ilumine nuestro entendimiento y nuestros actos. “Seamos misericordiosos como lo es Dios” es el mensaje que nos transmite Su Santidad. La Iglesia tiene una nueva oportunidad de encontrar la alegría -jubileo- en la misericordia de Dios, que es amor. Estamos llamados a redescubrir la misericordia de Dios, su perdón, su mirada cariñosa que disculpa nuestras faltas y debe ser el reflejo en nuestras vidas y nuestros actos.