La leyenda de Nuestro Padre Jesús el Rico de Málaga

La Cofradía de Nuestro Padre Jesús el Rico y María Santísima del Amor tiene una preciosa leyenda que sigue perpetuándose con el tiempo.

Una terrible epidemia de peste arrasó Málaga durante el reinado de Carlos III, muriendo desgraciadamente muchos de sus habitantes. Pero curiosamente uno de los lugares a los que apenas llegó la peste fue a la cárcel.

Como eran muchos los que habían muerto y otros tantos los que se encontraban muy débiles, debido a tan tremenda enfermedad, los presos que no se habían visto infectados por ella, pidieron al alcaide poder llevar la imagen de Nuestro Padre Jesús el Rico en procesión. El alcaide se negó, temía que los presos pudieran escaparse tomando como excusa este hecho.Parece ser que a éstos el desaire no les sentó demasiado bien ya que como respuesta se amotinaron y decidieron hacer su procesión.

Todos volvieron a la prisión tal solo uno, lo hizo al día siguiente con una cabeza de San Juan Bautista Degollado. El motivo ponerla en la cama de un preso enfermo para ver si de algún modo podría ayudarlo a sanerse. Milagrosamente y como el resto de la población, el preso se curó a los pocos días de tal hecho.

El Rey agradecido por cómo habían actuado los presos, decidió que cada año, en el miércoles Santo malagueño, se le daría la libertad para siempre a uno de ellos.

Esta tradición ha llegado intacta a nuestros días y cada año el Rey firma el Decreto de Libertad. Una emotiva ceremonia en la Sede de la Subdelegación del Gobierno de Málaga, en la que lee al preso su Decreto de Libertad y en la que éste recibe arrodillado la bendición de Jesús el Rico. Una talla con un brazo articulado que no deja de conmocionar a todos los presentes.

Nada mejor que un vídeo para contemplar este momento único en la Semana Santa Malagueña.